- ¡No! ¡Seth! ¡Escúchame tienes que esconderte! ¡Vienen a por ti! ¡Seth, por favor, tienes que hacerme caso! ¡Seth! - Por más fuerte que grito no me escucha y sigue caminando hacia el claro. Tampoco puedo moverme para alcanzarle e impedir que llegue a su muerte. Algo me zarandea y me llama.
- Jannie, Jannie despierta, estás teniendo una pesadilla.
Me despierto aturdida y desorientada, llorando y temblando. Jon está a mi lado y me abraza para que deje de temblar pero le aparto de un manotazo. Me echa su capa por los hombros y se aparta, pero no tiemblo de frío. Se sienta con la espalda apoyada en la pared y me mira.
Después de un rato consigo sosegarme, recordar donde estoy y darme cuenta de que ya no puedo hacer nada por salvar a Seth. Me quedo quieta, sentada en el suelo con la capa de Jon sobre los hombros y mirando hacia la nieve que cae sin cesar en el exterior del saliente. Ya está amaneciendo pero no se cuanto tiempo llevo así, no se si son minutos u horas.
- Todas las noches gritas y llamas a un hombre en sueños. - dice Jon rompiendo el silencio.
Desde que llegó no me ha preguntado nada sobre cómo llegué aquí, ni de los extraños sucesos del castillo de Bastion Kar donde me crié, pero se que la curiosidad lo invade por como me mira. Casi nunca hablamos, nos limitamos a hacer lo que nos mandan durante el día y estamos demasiado ocupados para ponernos al día de nuestras vidas. Por la noche, cuando nos juntamos para cenar en la hoguera, siempre me mira con su cara de curiosidad, pero nunca me dice nada, y yo tampoco le digo nada. Se que en cuanto se abra la veda de preguntas querrá saber más y no se si estoy dispuesta a contarle toda la verdad.
- ¿Era tu prometido? Tenía entendido que se llamaba de otra manera - vuelve a preguntar Jon impacientándose por mi silencio.
- Era mi hermano.
- ¿Tenías un hermano? No vino nunca a Invernalia y tampoco había oído hablar de él - responde con cautela.
- Suele pasar cuando te apellidas Nieve. Mi padre no tenía las bonitas costumbres de su señor y mi hermano bastardo no se crió conmigo en el castillo, pero no por eso es menos hermano mío.
- No sabía que tu padre tuviera un bastardo ¿Cómo es que nunca nos hablaste de él?
- Si mi padre hubiera sido tan fértil cómo putero ahora podría formar un ejército de hermanos bastardos, pero por suerte o por desgracia, la polla tendía a flojearle - Veo que Jon se sonroja como una doncella, no sé si por oírme hablar así de mi padre o por oír la palabra polla - Y nunca os hablé de él porque mi padre me lo prohibió. ¿Sabes? Mi padre no era la misma persona cuando tu padre estaba en los alrededores que cuando estábamos dentro de los muros de Bastión Kar lejos de la mirada de su señor.
- Siento mucho la muerte de tu padre, siempre fue amable conmigo.
- ¿Que sientes la muerte de mi padre? - no puedo evitar reír a carcajadas - pensé que el único que había sentido la muerte de mi padre era el dueño del burdel, sin sus ingresos casi tuvo que cerrar el negocio el pobre hombre.
- ¿Cómo puedes reírte de la muerte de tu padre? - Me mira casi con desprecio.
- Bueno Jon, ya se ha acabado tu turno de preguntas, es el mío ahora. Puedo imaginar porqué te uniste a la Guardia de la noche, sin Ned Stark en Invernalia, Catelyn te habría clavado un puñal en el corazón la noche menos pensada, pero ¿por qué decidiste abandonar el muro y unirte al pueblo libre?
- Pues... em...
Veo la duda en sus ojos y se que me va a mentir, no confía en mí. Antes de que responda con alguna tontería decido intervenir.
- No hace falta que me lo digas - le digo poniendo una sonrisa - a veces se me olvida que ya no eres un niño y que un hombre tiene sus necesidades, tengo entendido que en la guardia de la noche no se os permite follar.
Se sonroja. Resulta casi encantador cuando se sonroja, el chico parece tan decente y honrado como su padre y seguro que no ha visto unas tetas en su vida. Punto a mi favor.
- Bueno Jon, no se tú pero yo estoy hambrienta, deberíamos ir a comer algo, hoy va a ser un día largo, hay que volver a ir de caza, estos salvajes comen como si no hubiera un mañana.
En vista de que Jon ya no me considera de confianza debería hacer algo para que vuelva a confiar en mi. Creo que he sido demasiado hosca con él estos días. Recuerdo el motivo por el que hago esto, vengar la muerte de mi hermano, tengo que entregarle o sacarle información para que Mance me de los nombres pero no sé si debo ser sincera con él o no arriesgarme y usar mis armas de mujer. Bueno, no es momento para pensar, tenemos que ir de caza y necesito la mente despejada.
Después de un rato consigo sosegarme, recordar donde estoy y darme cuenta de que ya no puedo hacer nada por salvar a Seth. Me quedo quieta, sentada en el suelo con la capa de Jon sobre los hombros y mirando hacia la nieve que cae sin cesar en el exterior del saliente. Ya está amaneciendo pero no se cuanto tiempo llevo así, no se si son minutos u horas.
- Todas las noches gritas y llamas a un hombre en sueños. - dice Jon rompiendo el silencio.
Desde que llegó no me ha preguntado nada sobre cómo llegué aquí, ni de los extraños sucesos del castillo de Bastion Kar donde me crié, pero se que la curiosidad lo invade por como me mira. Casi nunca hablamos, nos limitamos a hacer lo que nos mandan durante el día y estamos demasiado ocupados para ponernos al día de nuestras vidas. Por la noche, cuando nos juntamos para cenar en la hoguera, siempre me mira con su cara de curiosidad, pero nunca me dice nada, y yo tampoco le digo nada. Se que en cuanto se abra la veda de preguntas querrá saber más y no se si estoy dispuesta a contarle toda la verdad.
- ¿Era tu prometido? Tenía entendido que se llamaba de otra manera - vuelve a preguntar Jon impacientándose por mi silencio.
- Era mi hermano.
- ¿Tenías un hermano? No vino nunca a Invernalia y tampoco había oído hablar de él - responde con cautela.
- Suele pasar cuando te apellidas Nieve. Mi padre no tenía las bonitas costumbres de su señor y mi hermano bastardo no se crió conmigo en el castillo, pero no por eso es menos hermano mío.
- No sabía que tu padre tuviera un bastardo ¿Cómo es que nunca nos hablaste de él?
- Si mi padre hubiera sido tan fértil cómo putero ahora podría formar un ejército de hermanos bastardos, pero por suerte o por desgracia, la polla tendía a flojearle - Veo que Jon se sonroja como una doncella, no sé si por oírme hablar así de mi padre o por oír la palabra polla - Y nunca os hablé de él porque mi padre me lo prohibió. ¿Sabes? Mi padre no era la misma persona cuando tu padre estaba en los alrededores que cuando estábamos dentro de los muros de Bastión Kar lejos de la mirada de su señor.
- Siento mucho la muerte de tu padre, siempre fue amable conmigo.
- ¿Que sientes la muerte de mi padre? - no puedo evitar reír a carcajadas - pensé que el único que había sentido la muerte de mi padre era el dueño del burdel, sin sus ingresos casi tuvo que cerrar el negocio el pobre hombre.
- ¿Cómo puedes reírte de la muerte de tu padre? - Me mira casi con desprecio.
- Bueno Jon, ya se ha acabado tu turno de preguntas, es el mío ahora. Puedo imaginar porqué te uniste a la Guardia de la noche, sin Ned Stark en Invernalia, Catelyn te habría clavado un puñal en el corazón la noche menos pensada, pero ¿por qué decidiste abandonar el muro y unirte al pueblo libre?
- Pues... em...
Veo la duda en sus ojos y se que me va a mentir, no confía en mí. Antes de que responda con alguna tontería decido intervenir.
- No hace falta que me lo digas - le digo poniendo una sonrisa - a veces se me olvida que ya no eres un niño y que un hombre tiene sus necesidades, tengo entendido que en la guardia de la noche no se os permite follar.
Se sonroja. Resulta casi encantador cuando se sonroja, el chico parece tan decente y honrado como su padre y seguro que no ha visto unas tetas en su vida. Punto a mi favor.
- Bueno Jon, no se tú pero yo estoy hambrienta, deberíamos ir a comer algo, hoy va a ser un día largo, hay que volver a ir de caza, estos salvajes comen como si no hubiera un mañana.
En vista de que Jon ya no me considera de confianza debería hacer algo para que vuelva a confiar en mi. Creo que he sido demasiado hosca con él estos días. Recuerdo el motivo por el que hago esto, vengar la muerte de mi hermano, tengo que entregarle o sacarle información para que Mance me de los nombres pero no sé si debo ser sincera con él o no arriesgarme y usar mis armas de mujer. Bueno, no es momento para pensar, tenemos que ir de caza y necesito la mente despejada.